El pasado 12/12/2022 aparecía publicada en el diario La Razón una noticia sobre la Dehesa de la Cepeda, enclave de la actual provincia de Madrid limítrofe con las provincias de Ávila y Segovia. En este mismo diario ya hubo otra crónica publicada en el año 2015 en la misma línea.
Ante la lectura de la noticia, se ha remitido una carta al director del diario La Razón, con el ruego de su publicación, que se reproduce a continuación.
Estimado señor director:
En la Asociación Castilla hemos leído con interés el artículo de 12 de diciembre de 2022 en La Razón titulado “Madrid tiene su propio Condado de Treviño”. En este sentido, deseamos manifestar nuestro desacuerdo, como amigos de la historia y buscadores de la verdad, con algunas de las ideas y afirmaciones escritas o sugeridas en el mismo.
En primer lugar, hay que tener en cuenta que el Condado de Treviño es tierra castellana desde al menos el siglo XIII. No obstante, centrándonos en el enclave madrileño de Dehesa de la Cepeda, limítrofe con las provincias de Segovia y Ávila, es redundante afirmar que está “rodeado completamente por tierras castellanas”, en tanto la ciudad y provincia de Madrid son asimismo tierras castellanas. Resulta tan redundante como precisar que la ciudad de Córdoba está rodeada completamente por tierras andaluzas. Los límites provinciales de Madrid se trazaron contemporáneamente en 1833 bajo la dirección del ministro Javier de Burgos. Unas tierras que, desde su reconquista por parte de Alfonso VI hasta el año 1983, en que se constituyó la Comunidad Autónoma de Madrid, fueron consideradas parte consustancial de Castilla, y cuya división autonómica no altera ni puede alterar su realidad histórica, cultural y etnográfica como parte de la región castellana común. Por si ello fuera poco, la Dehesa de la Cepeda perteneció al segoviano municipio de El Espinar hasta precisamente la reorganización territorial de 1833. En esta línea, tan castellanos son los territorios de Santa María de la Alameda como los de El Espinar, donde se custodian documentos firmados por el rey Alfonso IX que le otorgan la propiedad del terreno.
Los devenires administrativos y políticos han llevado que se desconozca o se omita la castellanidad de las tierras madrileñas, pese a que los vínculos y raíces castellanas de éstas sean tan evidentes que hasta la legislación autonómica las reconoce:
“La bandera de la Comunidad es roja carmesí. Madrid indica con ello que es un pueblo castellano y que castellana ha sido su historia, aunque evidentemente el desarrollo económico y de población haya sido diverso. La Comunidad de Madrid, formada en muchos casos por pueblos y municipios que pertenecieron a Comunidades Castellanas limítrofes, expresa así uno de sus rasgos esenciales«
(Ley 2/1983, de 23 de diciembre, de la bandera, escudo e himno de la Comunidad de Madrid).
Nos causa tristeza que, precisamente desde medios como La Razón, que combate activamente la tergiversación y manipulación que los nacionalismos periféricos realizan de la historia, se caiga en Madrid en una especie de identidad metropolitana que desconoce la realidad histórica del territorio madrileño.
Atentamente,