En el pleno celebrado el pasado viernes 31 de enero, el Ayuntamiento de Guadalajara ha aprobado una moción para que la ciudad se una a las celebraciones que tendrán lugar este año con motivo del V centenario de la Guerra de las Comunidades de Castilla (1520-1522), que tuvo en Guadalajara algunos episodios relevantes.
Siguiendo al cronista provincial Antonio Herrera Casado, «en Guadalajara se formó un pequeño núcleo de rebeldes y alborotadores que movilizaron a una buena parte de la población, suficientemente concienciada desde antes contra la política del Emperador Carlos de apretar en los impuestos para navegar en otros conflictos europeos y ajenos por completo a la vida castellana. Así ocurrió que el 5 de junio de 1520, un numeroso grupo de plebeyos, artesanos, y público en general, se dirigió hacia el palacio del Infantado con objeto de pedirle al duque que se uniera a ellos en la protesta anti‑imperial. Capitaneaban la manifestación el carpintero Pedro de Coca, el solador y albañil Diego de Medina, y el buñolero y albardero apellidado Gigante. No estaban solos en el mando. El presidente de la Audiencia ducal, don Francisco de Medina y Mendoza, el licenciado Juan de Urbina, el caballero Diego de Esquivel, junto a otros hidalgos, regidores y miembros del patriciado urbano, también alzaron su voz ante el duque. Y aún más: el propio Conde de Saldaña, don Iñigo López de Mendoza, heredero del estado mendocino, fue puesto como cabeza de la sublevación, con la que este personaje estaba plenamente acorde. Dice así Pecha en su «Historia de Guadalaxara»: la Común se alzó y apellidó por su Caudillo y Capitán al Conde de Saldaña, hijo del Duque don Diego. El vulgo se alzó y derribó y quemó en esos días las casas de los que como Procuradores en Cortes habían ido a las de La Coruña a votar el servicio de impuestos a favor del Emperador. Eran ellos don Luis de Guzmán y don Diego de Guzmán, familiares y afectos del duque».
El acuerdo adoptado por el pleno incluye la realización de actividades culturales y turísticas, la colocación de un monolito o placa en la Plaza del Concejo, y el establecimiento de una colaboración con otras administraciones públicas y entidades castellanas para coordinar actividades en este V centenario.
En este sentido, Guadalajara se une a otras ciudades como Ávila, Segovia y Medina del Campo en la celebración de esta efeméride. La alcaldesa de Segovia, Clara Luquero, avanzó hace dos años la constitución de una comisión de trabajo con el Ayuntamiento de Medina del Campo (Valladolid) para preparar una programación conjunta para conmemorar el quinto centenario de los hechos históricos ocurridos en 1520 y 1521 de la quema de Medina y la Guerra de las Comunidades, que unen a ambas ciudades.
Esta efeméride es una de las más importantes en nuestra tierra por varias razones. En primer lugar, porque supuso la organización de parte del pueblo castellano para plantear a la Corona y a la clase dirigente de entonces unas reivindicaciones justas. En segundo lugar, porque suscitó una adhesión transversal, desde el campesinado hasta los nobles pasando por artesanos y eclesiásticos, si bien la nobleza, una vez identificados los riesgos que una rebelión traía para sus estados y posición, abandonaron cualquier simpatía hacia la misma. Estas ideas no quedaban en meras reclamaciones concretas y temporales, sino que cristalizaron en una Ley Perpetua, así denominada por los procuradores de la Santa Junta de Ávila porque pretendieron que sentara unos principios básicos e inmutables de la política que debía seguir el Reino en las grandes cuestiones.
Por tanto, desde la Asociación Castilla animamos a otras ciudades castellanas como Madrid, Toledo, Cuenca, Palencia o Valladolid, a unirse a la conmemoración de estos hechos. Para nuestros lectores, enlazamos de nuevo el texto de la Ley Perpetua de la Santa Junta de Ávila, cuya lectura recomendamos.