Esta Comunidad de Villa y Tierra, con una extensión total de 85,78 km/2, es una de las más diminutas de las Comunidades de la Extremadura castellana. Precisamente por su práctica insignificancia apenas ha dejado huellas en la documentación altomedieval, y se hace muy difícil precisar sus orígenes. Geográficamente pertenece por entero a la cuenca del Ebro; sus aguas, recogidas en el río Alhama, que la atraviesa, van por Cervera del Río Alhama y por Alfaro a desembocar en el río Ebro; también eclesiásticamente se vincula a la diócesis de Calahorra.
En el terreno de las puras hipótesis, dado que la primera mención de Magaña o de alguna de sus aldeas no va más allá del año 1181, y basándonos en su situación geográfica, hemos de suponer para Magaña unos orígenes repobladores cristianos muy semejantes a los de su vecino San Pedro Manrique, que pertenece a la misma cuenca hidrográfica del río Alhama, esto es: primeros asentamientos cristianos en el siglo X, perdurabilidad de estos asentamientos durante las campañas de Almanzor, y probable estructuración de Magaña y su tierra en Comunidad de Villa y Tierra durante el reinado de Alfonso VII.
La primera noticia documentada sobre Magaña data, como hemos dicho, del año 1181; es un documento de Alfonso VIII, del 14 de junio, expedido en Magaña; por él sabemos de la presencia del Rey en la villa en esa fecha. Pocos años más tarde, una bula de Clemente III, del 17 de marzo de 1188, enumeraba Magaña entre los territorios de la diócesis de Calahorra, lo mismo que otra bula de Celestino III, del 17-IV-1192.
Fuente: MARTÍNEZ DÍEZ, Gonzalo. «Las Comunidades de Villa y Tierra en la Extremadura Castellana». Editorial Nacional. Madrid, 1983