Aparecen referencias a Yanguas anteriores al año 1045. La más importante data de 1040 (28 de mayo), en el que el Rey Don García de Nájera otorga a su esposa Estefanía, entre otras tierras, el Valle de Arnedo (Arneto), que comprendía todos los pueblos de la comarca del Cidacos, aguas arriba de Yanguas. Este hecho justifica la leyenda de su escudo. Fortún Ochóiz, primer Señor de los Cameros, lo es también del Val de Arnedo, según se titula a sí mismo.
En 1134, la tierra de Yanguas, hasta entonces perteneciente al Reino de Navarra, pasa a depender del Reino de Castilla. En 1144 aparece el primer documento en el que se cita la Comunidad de Yanguas y su Tierra. En 1145, los señores de Yanguas, Iñigo Jiménez (nieto de Fortún Ochóiz y biznieto del Rey Don García de Navarra) y María Beltrán, conceden fueros a los habitantes de Yanguas. Estos fueros recogen regulaciones sobre numerosos aspectos de la vida de los habitantes de Yanguas, sus derechos y deberes.
En 1347 Alfonso VI recompensó los “muchos y buenos servicios” del concejo yangüés, con una carta de privilegios para no pagar portazgos, que abrió “nuevos horizontes” a los yangüeses. Éstos, debieron acudir a las Cortes en las que cada rey confirmaba el privilegio concedido por su predecesor.
El nieto de Carlos de Arellano, que recibió de Isabel la Católica el título de Conde de Aguilar de Inestrillas, fue el motor de las famosas Ordenanzas de Yanguas (1460), que sustituían a los Fueros de Yanguas. Estas Ordenanzas organizaban la viuda rural y establecían normas y multas que contribuían a una mayor concordia entre todos los habitantes.
El siglo XVI puede considerarse como el siglo de oro de Yanguas. La Villa y su jurisdicción tenían una población superior a 5000 habitantes y, más o menos, la Villa contaba con 1000 vecinos de estado llano, más de 100 de estado noble y algo menos de 50 del estado eclesiástico. En Yanguas había riqueza y de ella se aprovechaban todos.
En 1536 se inició un largo pleito que duró 30 años, descrito en un documento titulado “Ejecutoria de los Capítulos del Conde”, en el que el Concejo se enfrentó a los Condes. El veredicto, expresado en 1566, favoreció al Concejo.
Entre los Oficios Públicos que destacaban en la Tierra de Yanguas del siglo XVI, se mencionan: tabernero, porquero, boyero, cabrero, panadero, herrero y barbero. Más del 90% de los asuntos que se trataban en el Concejo de la Villa tenían que ver con la adjudicación de los Oficios que concedía, al mejor postor y en subasta pública.
En el siglo XIX desapareció el Concejo General de la Villa y Tierra debido a la Real Orden de 1837, siendo sustituidos por los Ayuntamientos Constitucionales y desmembrada la Comunidad.
Fuente: Asociación de Amigos de Yanguas