Llevo un tiempo dándole vueltas a este artículo. Versa sobre un tema habitual: Madrid. Para cualquier castellanista con dos dedos de frente Madrid debería ser la piedra angular, por su peso económico y demográfico. Porque sin Madrid no hay Castilla posible. Y sin Castilla, no habrá España posible, o al menos equilibrada y simétrica. Ni república, ni reino, ni leches en vinegar.
Madrid tendría que haber sido el motor no sólo del Estado, sino de las Castillas. No vamos a volver a lo de siempre, al por qué se nos sacó a los madrileños (entre unos y otros) de nuestra región natural, geográfica e histórica, Castilla la Nueva, aludiendo a «razones de Estado», socioeconómicas, etc. No sé quién decía que tristes tiempos eran aquellos en los que había que defender lo evidente. Vivimos en tiempos de engaño universal, y como dijo Orwell, en estos tiempos decir la verdad resulta un acto revolucionario.
Evidentemente si se desgajó a Madrid de su región histórica fue por motivos poderosos, o mejor dicho, por intereses poderosos de grupos poderosos. Y por eso los castellanismos y el sentido común no lo tienen fácil. Llevan 30 años lavando el cerebro a la gente, dentro y fuera de esta provincia, vía medios de «comunicación», enseñanza, etc, de tal modo que a los pocos que defendemos la castellanidad de esta provincia se nos ve como radicales.
So pena de repetirme, recordaré varios hechos demostrados:
1) Desde su reconquista en el s. XI por las huestes de Alfonso VI hasta 1983 Madrid y sus tierras circundantes ha sido tierra castellana y no ha sido otra cosa. Nadie lo puso en duda, ni siquiera en el s. XIX, la segunda república, el franquismo, ni con Austrias ni Borbones. Claro está que siempre está el listo que nos dirá que vivimos en el pasado, o que esa castellanidad es algo de los «libros de Historia» (ese mismo listo que luego se mofa de los estadounidenses por «no tener Historia»). ¿Por qué se silencia esta parte de nuestra Historia? ¿Por qué se disfraza de eufemismos («los cristianos» por ejemplo, ya que Castilla y castellano son palabras tabú) ? ¿Por qué en contadas ocasiones se les escapa algo así en Telemadrid? ¿por qué se omite toda relación con nuestra tierra en atlas, guías, libros escolares? Quizá por el mismo motivo por el que el escudo de la Comunidad de Madrid está ausente ya de todo edificio público desde hace unos años. Medítese.
2) Pasando unos días en la zona de Talamanca del Jarama/Algete, vuelvo a constatar la inexistencia de ninguna barrera física, geográfica o natural entre dicha zona y la campiña de Guadalajara (como no la hay entre Seseña y Aranjuez, la Sagra madrileña y la toledana, o Alcalá de Henares y la Alcarria arriacense…) , El mismo campo, el mismo paisaje, el mismo clima. Ah, pero por obra y gracia de un señor del s. XIX y la voluntad de unos políticos de la oligarquía del s. XX somos «identidades distintas», y a este lado de la «raya» se respira la multiculturalidad, el españolismo olé y el cosmopaletismo.
3) A diferencia de un ciudadano del Londres inglés, británico y cosmopolita, o de la Barcelona catalana, española y cosmopolita, el madrileño medio es un ser ajeno a todo lo que pasa a 60 km de la metrópoli. Han conseguido entre unos y otros que este «ciudadano del mundo» (o más bien del inframundo) se interese más por lo que sucede en Nueva York, Tahití o en una playa alicantina que en sus provincias limítrofes.
4) Lo de España no tiene parangón en Europa: la 4ª ciudad en población del continente está a tan sólo 90 y algo Km. del mayor desierto demográfico de Europa. Si alguien lo ve lógico o normal, probablemente esté más lobotomizado de lo que cree. Aquí nos tiramos horas en metro, nos asfixiamos de superpoblación, teniendo provincias vacías prácticamente alrededor, con abundancia de agua, recursos naturales, etc. Suma y sigue de despropósitos.
Madrid, para sus provincias hermanas, es polo de desarrollo, pero menos de lo que hubiese sido en caso de haber constituido una misma entidad administrativa. Los mismos que hablan de eliminar fronteras, de mercados únicos, etc, han consolidado fronteras entre Madrid y su área de influencia. Por contra, Madrid, desde el s. XX es un agujero negro que ha absorbido la población y recursos de Segovia, Ávila, Guadalajara, Toledo… convirtiendo a los antaño orgullosos y dignos castellanos en unos seres prepotentes y sin identidad. Como leí hace años en un foro de internet «...Madrid es una comunidad vampira que drena todo lo que hay a su alrededor perjudicando enormemente a Castilla…«
Pero el separatismo madrileño no sólo ha puesto la puntilla a Castilla, sino al propio Madrid, que a fuerza de dar la espalda a los «paletos» está limitando su propio «espacio vital» si me permiten un término demonizado pero que refleja las limitaciones territoriales y de todo tipo de este invento administrativo.
Vivimos en un absurdo, en el que los jóvenes de Guadalajara estudian en Alcalá de Henares o los de Ciudad Real en Madrid, en el que la fábrica de la cerveza (enseña madrileña) se traslada a Alovera (Guadalajara), en el que muchos/as madrileños viven en Seseña, Carranque, Toledo… Un absurdo en el que el madrileño medio que pide derribar la valla de Ceuta ve como lo más normal una valla mental, administrativa, política, entre Valdemoro y Seseña.
Estoy convencido que tarde o temprano, por pura lógica socioeconómica, y por mor de la extensión del área metropolitana matritense, madrileños, toledanos, arriacenses volveremos a estar unidos, en la entidad administrativa que corresponda.
El problema es el que en una charla en un centro cultural puso de manifiesto un joven: «si no recastellanizamos Madrid, se madrileñizará Castilla». Y si esa «madrileñización» supone volverse un borrego que bala al son que marca el mundialismo, un esclavo feliz sin identidad y sin raíces, un individuo acrítico útil al gran Capital, pues yo me apeo. Espero no ver ese día. Lucho con todas mis fuerzas desde los pocos resquicios que nos deja este sistema. Pero espero no ver ese día, o que antes caiga el Meteorito.
Vicente Hernández
Vocal por Castilla la Nueva