El próximo 23 de Abril es el día de Villalar, día en que se conmemora la lucha de los comuneros castellanos, leoneses, extremeños, andaluces y murcianos frente a las tropas del Emperador Carlos V. Es, por tanto, un día importante para nuestro pueblo, porque en aquella guerra para conseguir un sistema parlamentario (el primero del mundo) murieron muchos castellanos que se levantaron en cada zona de esta vieja tierra para oponerse al régimen cesarista impuesto con el golpe de Estado de Carlos V en 1516, auto-proclamándose en Flandes como Rey de Castilla y de Aragón (así como del resto de reinos peninsulares a excepción de Portugal). Golpe de Estado que provocó un disgusto tremendo al cardenal Cisneros y a todos los pueblos peninsulares, especialmente a leoneses y castellanos, quienes con más fuerza se levantaron contra la tiranía.
Sin embargo junto a esta conmemoración es preciso también recordar que Villalar debería ser la reunión de muchas personalidades y sentimientos, no solo el castellano, que se invoca tradicionalmente. La guerra de las Comunidades no fue un hecho específicamente castellano (a pesar de ser los castellanos quienes lo encabezaron), sino más bien un hecho que, con episodios en Andalucía, Murcia, Extremadura y Álava, junto a las germanías de la Corona de Aragón, constituyen una eclosión de rebelión generalizada de los peninsulares ante el nuevo cesarismo imperante y de cuño germano-flamenco.
Por ello, desde la Asociación Socio-Cultural Castilla no podemos considerar ni consideramos este día como la fiesta anual de Castilla porque no es una fiesta que sea solamente nuestra. Así, queremos celebrar esta conmemoración como lo que fue: una lucha de muchas gentes para alcanzar un sistema más justo, más popular y menos absoluto. Asimismo, queremos constatar que Castilla, como personalidad histórica, conjunción de voluntades y sentimientos, y como cristalización de unos hechos históricos concretos, puede y debe tener unos símbolos y celebraciones específicamente suyos, amén de los fenómenos compartidos con otras zonas.
También hemos constatado cómo en los últimos años una conmemoración esencialmente popular y de reivindicación se ha transformado en un día autonomista, monopolizado por la comunidad autónoma de Castilla y León, quien con sus televisiones, fundaciones, partidos políticos y agentes sociales tergiversa la Historia y los acontecimientos, habiendo ya manipulado la propia celebración, de tal forma que prácticamente no se reconoce su significado original.
Es por ello que en estos días en que recordamos a Juan de Padilla, María Pacheco, Juan Bravo, Alonso de Arreo y otros luchadores por un parlamentarismo más justo y un futuro mejor, también hemos de tener presente varias ideas:
-Las autonomías no existían en 1521, y desde luego una conmemoración tan antigua no ha de servir ni ser tenido como una fiesta autonómica, a despecho de manipular vilmente los acontecimientos históricos.
-Los héroes comuneros, ya sean de la zona que fueren, merecen que sus respectivos pueblos conmemoren ese día y esa lucha, que no fue, como nos pretenden hacer creer, una lucha por la identidad castellana, sino un empeño transversal con un marcado carácter social, que provocó el levantamiento de diversos pueblos contra la tiranía. Castilla como pueblo no puede ni debe monopolizar un fenómeno histórico que no le pertenece en exclusividad, ni arrogarse la medalla de una lucha que responde a un esfuerzo transversal y conjunto de muchos pueblos en ambas coronas peninsulares frente al cesarismo.
-Castilla necesita unos símbolos unívocos y propios, además de las conmemoraciones conjuntas. ¿Por qué se ha abandonado a Fernán González? ¿Por qué no se conmemora al Cid? ¿Qué hay de la obra de Alfonso VIII, verdadero forjador de Castilla y uno de los mejores rectores que ha tenido nuestra tierra jamás?
En consecuencia, celebremos con alegría el próximo lunes la lucha de esas gentes comuneras, teniendo presente su verdadero significado histórico en pos del parlamentarismo, la igualdad y un modelo justo, así como aumentemos en el futuro la atención que prestamos a hechos o símbolos específicamente castellanos, no reivindicados por nadie, que merecen sin duda convertirse en un futuro no lejano en verdaderos iconos de la personalidad castellana y de la celebración que no se ha conmemorado nunca: la de los forjadores de nuestra identidad.
Feliz 23 de Abril
Junta Nacional
Asociación Socio-Cultural Castilla