A la ciudad castellana

por Asociación Socio-Cultural Castilla

Mucho es lo que se ha escrito en los siglos XIX y XX sobre Castilla, sobre sus tierras y sus gentes, sus ciudades y parajes, ríos, valles y montañas. Haremos una pequeña selección de fragmentos de poemas sobre las ciudades castellanas que hemos podido recopilar.

Álamos, y cuántos álamos

Vista de Cuenca

se suicidan por tu culpa,

rompiendo cristales verdes

de tu verde, verde urna.

Cuenca, toda de plata,

quiere en ti verse desnuda,

y se estira, de puntillas,

sobre sus treinta columnas.

 

Cuando de tan verde, verde,

¿Dónde corpiños y lunas,

pinos, álamos y torres

y sueños del alto Júcar?


Romance del Júcar

Gerardo Diego

Vista de Soria y la concatedral de San Pedro
¡Soria fría, Soria pura,

cabeza de Extremadura,

con su castillo guerrero

arruinado, sobre el Duero;

con sus murallas roídas

y sus casas denegridas!

 

¡Muerta ciudad de señores

soldados o cazadores;

de portales con escudos

de cien linajes hidalgos,

y de famélicos galgos,

de galgos flacos y agudos,

que pululan

por las sórdidas callejas,

y a la medianoche ululan,

cuando graznan las cornejas!

 

¡Soria fría!  La campana

de la Audiencia da la una.

Soria, ciudad castellana

¡tan bella! bajo la luna.


Campos de Soria

Antonio Machado

iglesia de San Esteban de Burgos

Oigo al pie de mi balcón

vuestra gentil serenata.

¡Cuánto es a mi oído grata!  

¡Cuán grata a mi corazón!  

 

Pusieron hondos pesares   

entre Castilla y yo el mar,

y a Castilla al regresar  

me recibís con cantares.

 

¡Gracias, pueblo burgalés!   

En cambio de la canción      

que envías a mi balcón,       

los versos echo a tus pies. 

 

A la estudiantina burgalesa

José Zorrilla

Madrid, si tanto tienes

Plaza de Castilla, en Madrid
tanto vales

y aunque falto de encinas, te respiro

bebiéndole los vientos al Retiro

y al oro del crepúsculo en Rosales.

 

Con otoños románticos prevales

para permanecer en el suspiro.

¿Dónde vamos, Madrid?              

A octubre miro

y con sabor de soledad me sales.

 

Todo se finge rápido y urgente,

pero yo te recorro lentamente

que las cosas del alma

van despacio.

 

Poema a Madrid

Luis López Anglada

Murallas de Ávila

Sobre una abrupta meseta          

de la tierra castellana                   

se yergue la fortaleza                  

de tus torres almenadas.

 

Están velando tu sueño               

los ángeles con espadas,          

labriegos de la llanura,               

pastores de cumbres altas,           

zagales de Valle Amblés,              

y mil luceros de plata.

 

¡No hay un castillo en Castilla     

más fuerte que tu muralla!


Romance de las torres           

Rafael Gómez Montero

Llevas la luz en tu nombre,

Casa de la Cuchillería de Albacete

la luz del amanecer.

Buen augurio a una ciudad

que, mejida en campos de trigo,

vive su sueño de ser.

 

Haciendo camino al andar,

mirando siempre adelante.   

Llevas la luz en tu nombre,         

la luz del amanecer.              

¡Buen presagio a una ciudad     

que no deja de crecer!

 

Ciudad amiga y amante,             

ciudad del alba, Albacete,           

Albacete, simplemente.

 

Poemas para mi ciudad          

María Dolores Simarro

La piedra de tus muros, el ayer

Catedral de San Antolín de Palencia

de la imagen palentina en la historia,

guardando en esa cripta la memoria,

jardín de los tiempos tu florecer.

 

Por todos los encantos cual mujer,

Bella Desconocida, nuestra gloria,

es toda ilusión que se hace notoria

en este soneto y su acontecer.

 

Tu grandeza nos llena de alegría,

el orgullo de palentino llano,

pretendiendo rendirte pleitesía;

los poetas de estirpe castellano

cantarte quieren dulce melodía,

con otra poetisa de la mano.


A la Bella Desconocida

Félix Abad Sánchez

La Alcarria está temblando de belleza.

Patio de los Leones del Palacio del Infantado en Guadalajara

Se viste aquí Castilla de perfume

y la miel se arrebuja entre lo áspero,

ordena y manda. 

 

Ando Guadalajara con la lumbre en el pecho,

entro en su corazón, Santa María

me vale. ¿Quién recorre plazas a mi lado?

¿Qué sombra es esta, tierna y desvelada,

que desde San Ginés hasta Palacio

lleva de la mano a la mía?


Ando Guadalajara

José Antonio Ochaíta

Clara, apacible y serena

Panorámica de Toledo y el Tajo

pasa la siguiente tarde,

y el sol tocando su ocaso

apaga su luz gigante;

se ve la imperial Toledo

dorada por los remates

como una ciudad de grana

coronada de cristales.

El Tajo por entre rocas

sus anchos cimientos lame,

dibujando en las arenas

las ondas con que las bate.

Y la ciudad se retrata

en las ondas desiguales,

como en prendas de que el río

tan afanoso la bañe.

 

¡Qué dulce es dormir en calma

cuando a lo lejos susurran

los álamos que se mecen,

las aguas que se derrumban!


A buen juez mejor testigo

José Zorrilla