Entrevista a Vanesa Muela 30/01

Vanesa Muela
En la Asociación Socio Cultural Castilla (ASCCAS) la puesta en valor de nuestra cultura como parte esencial de nuestra identidad tiene en el arte uno de sus pilares fundamentales, pues no en vano es la expresión que mejor define a cada pueblo, mostrando sus particulares señas, al tiempo que enriquece una diversidad cada vez más amenzada por la poderosa fuerza de la globalización.

Y cuando de arte popular hablamos en Castilla, y más concretamente de la música, hemos de felicitarnos por contar con personas como la vallisoletana Vanesa Muela, que lleva toda una vida rescatando y transmitiendo esa música tradicional que ha acompañado durante siglos el ocio y el trabajo de generaciones.

P. En primer lugar Vanesa gracias por concedernos esta entrevista.

R. De nada, gracias a vosotros.

P. Empecemos por tus orígenes musicales. ¿Qué circunstancias se tienen que dar para que una niña de tan sólo 6 años se suba al escenario de un teatro a dar un recital como fue tu caso?

R. Desde que nací en mi casa estuve rodeada de música tradicional por todos lados, crecí con unos padres que eran amantes de la cultura tradicional y de hecho ellos ya bailaban en el grupo de Coros y Danzas Arienzo de Valladolid. A los 3 años yo también empecé a aprender danza tradicional en ese grupo y a los cuatro años ya formaba parte del coro. Se dieron cuenta enseguida de que tenía buen oído, excelente voz y una estupenda memoria y así comencé a cantar cara al público con cuatro años, aunque la primera vez que dí un concierto completo cantando doce canciones tradicionales en el escenario tenía seis años y fue en el Teatro San Viator de mi ciudad.

P. Quienes asisten a tus conciertos descubren un amplio abanico de instrumentos de percusión que van desde los más conocidos y populares, como puede ser la pandereta, a otros que usaban quienes por carecer de medios económicos no alcanzaban a poseer ciertos instrumentos musicales. Entre estos últimos podemos encontrar la sartén, cucharas o el pequeño carajillo, cuya resonancia la ejerce una cáscara de nuez. ¿Qué valor le das a estos instrumentos y las canciones que eran acompañadas con sus ritmos? ¿Crees que están reconocidos en su justa medida?

R. Los instrumentos de cocina como la tapadera de cazuela, el mortero o la botella de anís entre otros, que se han tocado desde tiempos inmemoriales han sido tratados injustamente y no han sido reconocidos como auténticos instrumentos hasta hace pocos años. De hecho los eruditos los conocen como los «instrumentos pobres de la tradición». Y yo opino que pobres serían en todo caso las gentes que los tocaban que no tenían dinero para encargar al artesano de turno una dulzaina, o un laúd o un rabel pero los instrumentos en sí mismos no son pobre ni nucho menos. Son muy versátiles y con ellos se pueden tocar todo tipo de ritmos: jotas, fandangos, seguidillas, agarraos, charradas, charros, etc . Además han sido capaces de hacer largos bailes los Domingos por la tarde en la plaza de cualquiera de nuestros pueblos.

P. Desde tu primer disco «En Castilla» hasta tu último trabajo discográfico junto a los madrileños Hexacorde «Agarraos», ¿Cómo definirías, a grandes rasgos, la evolución de la música tradicional en el panorama cultural que se ofrece al público?

R. Yo diría que actualmente hay dos grandes corrientes: los grupos que ofrecen música tradicional pura, de raíz, sin ningún tipo de artificio, intentando reproducir lo más fielmente a los informantes aunque siempre aportando su granito de arena y su estilo y su gracia personal y los grupos de música folk o de reelaboración, que son la mayoría, que intentan tocar viejas tonadas con instrumentos modernos como el bajo eléctrico, la batería, etc y fusionar la música tradicional con otras músicas como el jazz, el blues o el rock e incluso componer a la vera de esa estética tradicional para intentar que llegue a un tipo de público mayoritario.

P. La música es esa parte del patrimonio castellano que no se ve, pero sin ella no se entenderían largas horas amasando pan, jornadas de siega o domingos de «ligoteo» en la plaza del pueblo. ¿Crees que desde las distintas administraciones se hace lo suficiente por rehabilitar esa parte de nosotros que parece perderse con nuestros mayores, memoria viva y portadores de todo este legado?.

R. La cultura en éste país ha sido siempre muy maltratada y abandonada. La cultura no produce dinero y no interesa porque mantiene la mente despierta y crea una actitud y un pensamiento crítico, cosa que no interesa a ningún gobierno. Pero sí que es cierto que en cada comunidad se le da un valor u otro y se tiene más o menos en cuenta. Hay zonas como el País Vasco, Cataluña, Galicia, Asturias o Andalucia donde se apoya a los músicos locales y se entiende que es algo importantísimo e inseparable del ser humano y en otros lugares como Castilla y León las instituciones apenas se preocupan de promocionar y divulgar nuestras tradiciones y música.

P. Hablemos de los instrumentos que forman parte de tu estudio, tus clases y tus conciertos. ¿Por qué te has especializado en la percusión?

R. Lo que más me gusta en el mundo es cantar y por lo tanto siempre me he apoyado en los instrumentos de percusión como la pandereta, el pandero, la zambomba, la criba, las conchas o los instrumentos de cocina para poder cantar a la vez que tocaba y así poder desarrollarme como cantante. Aunque también he hecho mis pinitos con la guitarra y el rabel.

P. Háblanos de las clases que impartes.¿Son periódicas?¿Dónde pueden nuestros lectores informarse de las mismas?

R. Pueden estar informados permanentemente a través de mi página web y a través de mi facebook. Doy desde cursos permanentes, como el de Cantalejo (Segovia), hasta cursos de fin de semana, como en la Escuela de Folklore Plaza de Castilla en Madrid.

P. Gracias Vanesa por tu atención. Desde la ASCCAS te deseamos todo el éxito en tu trayectoria musical, tanto de forma individual como en los grupos de los que formas parte. Sin duda, cada vez que haces sonar el pandero o el almirez en algún rincón de Castilla, nuestros antepasados sonríen esperanzados.

R. Gracias por todo amigos y un besazo.