La Esteva y Ronda Segoviana. Fotografía de El Norte de Castilla.
En casas tan nobles
habemos llegado
a pedir permiso,
que se nos ha dado.
Noches muy felices
las tengan ustedes;
Dios nos las conceda
y con mil mercedes.
Las marzas nuevas
que vamos cantando,
vuestras señorías
las van escuchando.
Las establecidas
sean nuestra gloria;
ha venido marzo,
tenemos victoria.
Marzo florido,
seas bien venido;
con tu primavera
y el jardín florido.
Tú, que reverdeces
viñas y sembrados,
sustento del hombre,
aves y ganados.
Tú, que a las doncellas
guías por la calle,
luciendo su gardo [¿garbo?],
meneo y buen talle.
Dando a los galanes
cierto testimonio,
que es de apetecer
santo matrimonio.
Del pecado libre
pidamos a Dios;
la guerra se ausente
de nuestra nación.
Rogad por la paz,
para que, tranquilos,
los mozos sigamos
con nuestros estilos
de cantar las marzas
en casas honradas,
pues lo que esperamos
nos serán pagadas
con buenos chorizos,
legumbres y huevos,
y en defecto de esto
nos darán dinero.
Oro es muy bueno,
pero vale caro;
deseamos plata,
que es más cotidiano.
Abran las dispensas,
corten sin cuidado,
saquen del bolsillo
pesetas de largo.
Aunque algunos dicen
que lo que atrapamos
en bromas se invierte,
vienen engañados.
Ocho hermosas velas,
son el desengaño,
que en el templo lucen
las fiestas del año.
Con ellas se alumbra
a Dios Sacramentado,
la Virgen y el Niño,
que es Verbo encarnado.
Hasta las obsequias
son agradecidas,
pues en otro entierro
se ven encendidas.
Así prometemos
de nunca alumbrar
al que la limosna
no nos quiera dar.
Las marzas concluyen,
sean agradecidas;
perdonen las faltas
que hayan advertidas.
Deseamos licencia
para caminar;
abrirnos las puertas
abrir y marchar.
Cantos de Marzas.
Cancionero segoviano de Agapito Marazuela.