3. La grandeza de una corona de hojalata

En esta ocasión vamos a hablar del mejor monarca que ha tenido Castilla en su historia y uno de los mejores que ha regido territorio alguno en la historia de esta Península: Alfonso VIII (1158-1214), apodado «el de las Navas» por la batalla homónima.

El Rey, soriano de nacimiento, fue quien creó el emblema de Castilla a comienzos del siglo XIII y le incorporó en todos sus estandartes y banderas, tanto así que hasta lo incluyó en su corona.

Sin embargo la corona de Castilla no era, como podríamos pensar, ceremoniosa, llena de perlas, brillantes y piedras preciosas… esta tierra, cuando se encontraba en su apogeo político y cultural (siglos XII-XIII), era ante todo humilde, y a la vez orgullosa en su pobreza y sencillez. Así la corona del Rey es sobria, pero incluye uno de los más famosos emblemas heráldicos de Europa: el castillo donjonado del Reino de Castilla. Corona, además, que era portátil y desmontable, lo que se atestigua por los pernos que tiene cada módulo, de tal forma que era sencillo para el monarca transportarla y llevarla en las batallas.

Esto es Castilla: humildad, grandeza en la miseria y orgullo en la pobreza, pero ante todo, bonhomía, trabajo, sudor y esfuerzo. En esta tierra donde para comer había que sacar pan de las piedras siempre fue dura y difícil de poblar, pero aquí está la corona de hojalata que hizo de Castilla el reino más importante de la Península.