Nos dicen los historiadores que Ramiro II ya hacía incursiones en tierras moras al sur de la Sierra del Guadarrama y que en estas razias le acompañaba nuestro bien amado Conde Fernán González, pero no es hasta los tiempos de Alfonso el Bravo (VI de León y I de Castilla), que se inicia la campaña definitiva para reconquistar Toledo, ciudad emblemática en toda la gesta contra el invasor musulmán en cuanto antigua capital del reino visigodo.
Y es dentro de esa campaña de reconquista de Toledo y de sus tierras aledañas cuando se reconquista Madrid, villa fortificada por los árabes por su valor estratégico en el camino desde aquella ciudad a la submeseta norte por el paso de Guadarrama. Nos cuentan los cronistas que el Rey Alfonso iba acompañado del propio Cid durante esta campaña, pero es básicamente el esfuerzo de la milicia concejil segoviana la artífice de la conquista de este lugar y de la mayor parte del resto de la actual provincia madrileña.
Tras su conquista se organiza Madrid junto a tierras contiguas en Comunidad de Villa y Tierra, integrándose en el marco jurídico y administrativo de la Extremadura Castellana. Sería otro Alfonso, VIII según la nomenclatura general, quien otorgaría Fuero a Madrid en 1202.
No se conoce exactamente la fecha de entrada en Madrid de Alfonso VI. Algunos historiadores la sitúan entre 1083 y el 1085. Tomaremos este último año como más probable. Y sobre el día, hemos querido elegir para conmemorar el hecho histórico el 9 de noviembre por la significativa relación del Rey con la Virgen de la Almudena.
Esta es la tradición: en los tiempos de los visigodos, Madrid era un pequeño asentamiento junto al rio, muy cerca de donde nos encontramos. Con la conquista árabe, el asentamiento se fortifica, siriviendo como enclave de vigilancia, y se construye una muralla. Los cristianos, que tenían gran devoción a la Virgen María veneraban cierta imagen de madera de la misma que, ante el temor de su profanación por los musulmanes, decidieron ocultarla tapiándola en la propia muralla para protegerla. Siglos después, tras la entrada castellana en la ciudad y retirada de los musulmanes, el recuerdo de esta acción mueve a los madrileños a querer recupera su imagen escondida, pero nadie sabe ya el sitio exacto donde se ocultó.
Se cuenta que Alfonso VI quedó muy impresionado con este anhelo por la recuperación de la imagen de los madrileños y prometió que a su vuelta tras la conquista de Toledo, la continuación de su campaña, haría todo lo posible para que apareciera. Y así fue, a su regreso victorioso, se realizaron numerosas rogativas y plegarias pidiendo la reaparición de la imagen. Y cuenta la propia tradición que estando el Rey, su séquito, todas las autoridades y el pueblo procesionando cerca de la muralla árabe, en la actual Cuesta de la Vega, a su paso, ésta se derrumbó dejando al descubierto la imagen ocultada de la virgen, que desde entonces se llamaría “de la Almudena” (de la muralla o de la ciudadela, según diferentes traducciones e interpretaciones etimológicas) y convirtiéndose la Virgen, con esa advocación y desde ese día, un 9 de noviembre, en la patrona y protectora de Madrid.
Desde 1085 hasta hoy estamos hablando de 930 años de castellanidad de estas tierras. Castellanidad que nos niegan desde hace 30. Es el recuerdo de los hechos históricos y las tradiciones, la visita que estamos realizando a lugares emblemáticos de nuestro patrimonio cultural los que nos tienen que servir para alimentar nuestro empeño, que no es otro que el de luchar contracorriente, luchar contra todo y contra todos para evitar que borren nuestra identidad y nuestro legado centenario.
Nuestro deber es conseguir la toma de conciencia como pueblo de nuestras gentes. Despertarles del letargo al que les someten los poderes políticos y sociales actuales. Tenemos que luchar para conseguir ese despertar de nuestra tierra, para que vuelva a sentir el orgullo propio de sus orígenes.
Estamos hoy aquí para recordar que pese a quien pese, Madrid es Castilla, donde finalizo proclamando con nuestras provincias hermanas: ¡Viva Castilla unida!
Javier de Miguel
Tesorero de la Asociación