Covarrubias 2018 – Discurso del Presidente

Discurso de nuestro Presidente, Ángel Valera, durante el Homenaje a Fernán González – 2018

A los niños de la autonomía en la que nos encontramos hoy, les enseñan que son castellano-leoneses. O sea, son como tomates y limones a la vez. A los niños de Castilla La Mancha, les dicen en el colegio que son castellano-manchegos. Como si la Comarca de La Mancha fuera algo diferente al resto de Castilla. Pero las cosas son aún peores. En Cantabria (Montaña de Burgos y Puerto de Castilla), les meten en el cerebro que son descendientes directos de unas tribus del Neolítico, que eran una nación antes de los romanos (Miguel Ángel Revilla dixit).


Los críos de La Rioja crecen en una comunidad autónoma que ha tomado su nombre de una de las comarcas que formaban la provincia de Logroño. Y que ahora algunos dicen ser algo así como unos “vascos erriotxarras” descafeinados. ¿Y los niños de Madrid?. Bueno, los niños de Madrid son poca cosa. Vagamente españoles y miembros y “miembras” de una provincia superprogresista, donde al parecer cabe todo el mundo (que no se diga que no somos integradores y “cosmopolitas”…). Todo el mundo, excepto todo lo castellano. O sea, en pleno corazón de la Provincia, la Villa de Madrid, donde un día se alzara la fortaleza de Los Comuneros, lo castellano está prohibido. Prohibido nombrar a Castilla en la enseñanza, en los medios de comunicación e incluso en la calle. Ardua labor de censura en la que han participado todas las fuerzas políticas desde 1978. Desde la derecha a la izquierda. Incluso durante la acampada del famoso 15M, llegaron a expulsar de la Puerta del Sol a un compañero nuestro por enarbolar un Pendón castellano. Eso sí, luego sus herederos morados dicen ser más federalistas que Pi i Margall.

Bueno, pues esta es la situación de CASTILLA. Un pueblo silenciado desde 1978. Un pueblo al que nunca se le ha permitido si quiera reflexionar sobre su futuro dentro de España. Un pueblo censurado. O lo que la Unesco denominaría, un pueblo sometido a un auténtico genocidio cultural e identitario. Un reino, una cultura y una identidad milenarias. Cuyos escudos en piedra aún se conservan en medio planeta. El silencio clamoroso de unas piedras, que nunca han cesado en pedir justicia para el pueblo que las esculpió.

Que el Buen Conde nos de fuerzas y Dios su bendición.