El pasado sábado 18 varios socios de la Asccas acudimos a la manchega villa de Belmonte (Cuenca). La primera cita de la jornada fue con su castillo, obra maestra de la arquitectura militar del siglo XV, testigo activo en las luchas internas por el poder en el Reino de Castilla, y en particular de la guerra civil castellana que enfrentó a doña Juana “la Beltraneja” y a la reina Isabel I de Castilla. Tras años de abandono, veríase restaurado en tiempos de la Emperatriz Eugenia de Montijo, que lo habitaría y con el que alcanzaría su esplendor arquitectónico.
Después de la comida de hermandad, visitamos la Colegiata, disfrutando de la contemplación de su patrimonio artístico, y muy particularmente su Coro, ubicado originalmente en la Catedral de Cuenca y primero historiado de toda España.
Tras la Colegiata subimos a uno de los molinos de la localidad, donde el afable molinero nos explicó el funcionamiento y secretos de uno de los iconos de la geografía del sur de Castilla.
Este es el resumen de una jornada de cultura, raíces, toques de dulzaina y compañerismo bajo el sol de nuestro país, ese «caramelo de limón» que cantasen Vainica Doble. Y cómo no, gastronomía manchega.
A la caida de la tarde regresamos a nuestras poblaciones con el zurrón lleno de vivencias, buen queso y vino de la Mancha.
Hay que agradecer particularmente la hospitalidad belmonteña y la labor de Cicerone de nuestro socio M. Angel Vellisco, el buen hacer dulzainero de nuestro socio Guillermo y el entusiasmo y participación de los socios desplazados hasta tan bella localidad.