El pasado 24 de septiembre tuvo lugar en Covarrubias el tradicional homenaje a Fernán González realizado por la Asociación Castilla. Compañeros y amigos de distintos puntos de nuestra tierra se dieron cita en la villa burgalesa para el acto, que comenzó en torno a las 11:00 de la mañana en la colegiata de San Cosme y San Damián, donde se encuentra el sepulcro del Buen Conde.
El acto contó con varias intervenciones: primeramente, nuestro presidente Ángel Valera tuvo unas palabras de recuerdo para las personas que han perdido familiares o amigos en los incendios del pasado verano, centrando la intervención en las consecuencias de los incendios para el mundo rural, el problema de la despoblación y la necesidad de una actitud de resistencia en los pueblos ante las dinámicas globales que favorecen la concentración de población en ciudades.
A continuación el secretario general, José Manuel Sanz, intervino con la ya tradicional plegaria a modo de interpelación al alma del Buen Conde, para que ayude desde lo alto a la causa de Castilla, de la unidad y la dignidad del pueblo castellano en el momento presente.
Las alocuciones finalizaron con la intervención de Vicente Hernández, vocal por Castilla la Nueva, que realizó una retrospectiva de sus orígenes, crianza y aprendizaje en distintas partes de nuestra tierra, ahondando en cómo el carácter castellano se ha ido imprimando de todas esas experiencias vitales en Soria, Guadalajara, Segovia, Madrid, y en lo importante que es para los jóvenes conocer su tierra y su entorno.
Tras las intervenciones, se realizó la tradicional rendición de pendones y el sentido homenaje ante el sepulcro de Fernán González. Este año resultó especialmente emotivo, ya que contamos con unas palabras dirigidas a los presentes por el presbítero D. Miguel Ángel Marina Villanueva, párroco de Covarrubias. En este sentido, desde la Asociación Castilla queremos agradecer muy especialmente a D. Miguel Ángel, nombrado este 2022 como nuevo párroco de la localidad, su buena disposición y colaboración activa en la celebración de este homenaje, deseándole los mayores éxitos y aciertos en el ejercicio de su ministerio.
Tras el acto en la colegiata, los asistentes tomaron un refrigerio antes de comenzar la marcha de pendones hacia el monasterio de San Pedro de Arlanza. Los aproximadamente 8 km que separan la villa de Covarrubias del monasterio se convierten en un espacio de alegre marcha, de charla entre los asistentes, de compartir experiencias, ponerse al día, dar visibilidad al Pendón de Castilla y disfrutar de los paisajes del valle del Arlanza: sus impresionantes farallones de roca, las buitreras, el río…
Finalmente, la llegada al monasterio, centro espiritual de Castilla, supone la merecida recompensa para todo el que persevera. La jornada finalizó con una comida de hermandad en Santo Domingo de Silos.
A continuación, se recoge en una breve galería algunas de las imágenes de la jornada.
