Un día antes de la comemoración del 23 de abril la Asociación Castilla estuvo visitado la histórica ciudad de Ávila. Por la cercanía a la fecha aludida es cierto que vimos por la ciudad algunos actos y anuncios de celebración de tan reseñada fecha, pero nos decepcionó totalmente que no se mencionara ni se refiriera por lo más remoto, dada su vinculación, la Ley Perpetua de Ávila, el texto político fundamental detrás de la propia Rebelión de las Comunidades de Castilla que constituye una indiscutible referencia en el ámbito del ordenamiento gubernativo.

Ninguna mención … muy triste.
La visita comenzó un pequeño recorrido inicial por el casco histórico medieval que, como sabemos, fue declarado Patrimonio de la Humanidad en 1985. Toda la ciudad es una joya y sólo el hecho andar por sus calles transmite al visitante Historia, arte y tradición castellana.
Tras una previa visita a los monumentos a Santa Teresa de Avila, personaje totalmente unido a esta ciudad, y a nuestra querida Reina Isabel, junto los cuales nos hicimos, orgullosos, fotos con nuestro pendón carmesí, procedimos a visitar esa maravilla que es la Catedral de la ciudad.

La Catedral de Ávila es un impresionante templo de estilo gótico construido entre los siglos XII y XIV. Destaca por su imponente fachada de piedra con tres portadas y dos altas torres, así como por su interior de tres naves con bóvedas de crucería y numerosas capillas adornadas con obras de arte de diferentes épocas. Entre sus elementos más destacados se encuentran el retablo mayor de Pedro Berruguete, la sillería del coro y la Capilla Mayor con su hermoso baldaquino barroco. Cuenta, además, con un claustro renacentista.


Si dejar de disfrutar del caso viejo, el siguiente lugar de referencia que visitamos fue la Iglesia-Museo de Santa Teresa de Jesús (siglo XVII). Esta iglesia fue diseñado para honrar a Santa Teresa de Jesús, una de las figuras más importantes de la iglesia católica española. La iglesia es famosa por su fachada de piedra, que presenta elementos decorativos como estatuas y relieves tallados en piedra. En el interior de la iglesia, se pueden encontrar numerosas obras de arte religioso, incluyendo una serie de frescos que retratan la vida de Santa Teresa de Jesús y una serie de capillas dedicadas a diferentes santos y vírgenes. Además, el museo cuenta con una amplia colección de objetos que pertenecieron a esta Doctora de la Iglesia.

No por tópico, reununciaríamos a un paseo junto a las murallas de la ciudad. Su belleza, junto con el exquisito estado de conservación que ofrecen, las hacen elemento patrimonial que, como castellanos, nos hace sentir orgullo ante el mundo entero.

El último lugar de referencia de la visita fue el Monasterio de Santo Tomás, fundado en el siglo XV por los Reyes Católicos como monasterio dominico y que ha sido considerado como una obra maestra del estilo gótico-isabelino español. El monasterio cuenta con una impresionante iglesia de estilo gótico, que destaca por su fachada decorada con esculturas y relieves tallados en piedra. En el interior de la iglesia, se pueden encontrar numerosas obras de arte religioso, incluyendo retablos, frescos y pinturas, como el «Retablo Mayor» de Alonso Berruguete. Además, el monasterio cuenta con una hermosa clausura con jardín, que invita a la meditación y al recogimiento espiritual. También es de gran interés el Museo de la Escuela de Ávila, que cuenta con una importante colección de pinturas y esculturas de la escuela de arte de Ávila, que tuvo una gran influencia en el arte español de los siglos XVI y XVII.

En 1482 comenzaron las obras, que duraron hasta 1493, Los Reyes Católicos eligieron el nuevo convento para residencia de verano y enterramiento del heredero de la corona, el príncipe don Juan, en el sepulcro realizado años después (1510) por Domenico Fancelli, por encargo de Fernando el Católico. El epitafio del sepulcro dice lo siguiente:
Juan, Príncipe de las Españas, de virtudes y ciencia lleno, verdadero cristiano, muy amado de sus padres y de su patria, en pocos años realizó muchas obras buenas con prudencia y virtud. Descansa en este túmulo mandado hacer por su óptimo y piadoso padre Fernando, rey invicto y defensor de la Iglesia. Su madre, la Reina Isabel, purísima y depósito de todas las virtudes, mandó por testamento se hiciese tal. Vivió diez y nueve años y murió en 1497.

Fue empleado como tribunal de la Iquisición. Sus estancias albergaron los últimos años de fray Tomás de Torquemada hasta su fallecimiento en 1498. También fue casa de estudio y posteriormente universidad.
A parte de la propia visita, la jornada fue una estupenda ocasión de rencuentro de varios miembros de la Asociación y de disfrute de buena compañía en un contexto de castellanismo y amor a la tierra.
¡Ya estamos esperando con con ganas la próxima convocatoria!